Discurso de Jorge Diaz Marchant y Carolina Vilches – 11 de septiembre de 2023 - Modatima
Buenas tardes a todos y todas, soy Jorge Diaz Marchant, portavoz del comunal Modatima Cordillera ubicado al sur de RM.
Vengo de Chile ubicado en América Latina un continente muy diverso; para ser más preciso, mi país es el más austral del mundo ubicado en Sudamérica.
En mi país estamos conmemorando los 50 años del golpe cívico militar, del cual fui testigo directo el 11 de septiembre del año 1973.
Mi patria sufrió agresión directa por parte de los EE.UU., a través de una oposición que no perdonó que nuestro pueblo tuviera un gobierno popular que colocara en el centro de las preocupaciones a los más humildes.
Me tocó ver y oír a los aviones Hawker Hunter sobrevolar por nuestras cabezas para bombardear el palacio presidencial y también las antenas de Radio Magallanes y Radio Corporación, además de ver y vivir el abuso de los militares en la calle con los famosos toques de queda.
En la tarde de aquél fatídico 11 de septiembre nos tocó enterarnos del asesinato del presidente Salvador Allende y a la vez ser testigos de un fenómeno desconocido para nuestra comunidad, la desaparición, encarcelamiento, muerte y exilio por mucho de nuestros vecinos, todos ellos detenidos por ser dirigentes sindicales, políticos, o sociales o simplemente detenidos por sospechas.
Poco a poco, pasados los años se provoca un enorme apagón cultural que significó la censura de libros, grupos musicales, en especial la música andina y otras expresiones artísticas, que a la dictadura le parecían peligrosas para el régimen.
8- Cinco años después del golpe, Pinochet llama a una consulta nacional el año 1978 ya que estaba seriamente cuestionado por opinión pública internacional y se preguntaba a los chilenos si apoyaban o no el régimen, obviamente el resultado fue favorable al dictador y su junta militar, ya que ni siquiera había registros electorales y los Partidos Políticos estaban fuera de la ley.
Siete años después del golpe, la dictadura llama a un referéndum el 11 de septiembre de 1980, para pronunciarse por una constitución hecha entre cuatro paredes y se cimentan las bases de una política económica ultraliberal, donde el estado como tal, deja de tener importancia y pasa a ser un ESTADO SUBSIDIARIO, es decir él sector privado pasa a ser el principal motor de la economía y por supuesto la constitución de 1925 queda fuera de juego. El nuevo texto constitucional entró en vigencia el 11 de marzo de 1981 y con ello queda sellado la privatización de todo lo que fue público.
La década de los 80, especialmente fue de mucho esfuerzo tratando de reconstruir las organizaciones populares (centros juveniles, culturales, juntas vecinales, etc.) y también los partidos políticos populares y por supuesto que se incrementó la lucha callejera producto de una situación económica insostenible con mucha cesantía donde gran parte de la población trabajaba en el PEM Y POJH.
En todos los rincones a lo largo y ancho de nuestra patria empiezan a emergen jóvenes en movimientos y partidos populares, para ser parte de la lucha político social y también armada, destacan en esta confrontación contra la dictadura el M.J.L, FPMR y MIR.
No podemos dejar de mencionar y recordar los miles de muertos y desaparecidos producto de la gobernanza de esta dictadura cívico militar. Finalmente, el año 1990 comienza la transición a la democracia, que nos deja una serie de sorpresas producto de la constitución instalada por Pinochet.
Dicho todo lo anterior y frente a un lento despertar socioambiental empezamos a darnos cuenta que el agua era privada como caso único en el mundo y que además habían muchos proyectos hidroeléctricas, mineros, represas, agroindustria, monocultivos, forestales que consumían grandes cantidades de este vital elemento provocando contaminación y sequía.
Pero también hemos hecho de nuestra causa una preocupación no sólo por el agua, sino que por todos los ecosistemas. Quiero aprovechar de hacer un homenaje y reconocimiento a todos los mártires de las causas ambientales en Chile y nuestra América.
Berta Cáceres: defensora del río Gualcarque, Honduras
Chico Méndez: defensor selva Amazónica. Brasil
Macarena Valdés: defensora Rio Trangul
Alejandro Castro: opositor a la zona de sacrificio en Quinteros.
Marcelo Vega: contrario al ducto de celulosa Arauco
Estos compañeros, defensores ambientales, han sido asesinados por grandes intereses económicos, al igual que otros miles en el mundo.
Y lo último, decir: que, si no ganamos la lucha ambiental, todas las demás estarán perdidas. Muchas gracias.
Luchamos por la memoria, la dignidad y la justicia.
Nos encontramos hoy reunidos en defensa de la memoria, la vida y la dignidad humana.
Este aniversario es un recordatorio de los horrores que marcaron a nuestro país y la necesidad imperante de preservar la memoria colectiva. Quienes niegan y minimizan el dolor y la magnitud de lo ocurrido son un obstáculo para la justicia. Algunos se niegan a reconocer que, en la defensa de sus privilegios, destruyeron un país y sacrificaron a su propio pueblo y sus territorios. El dolor del golpe militar va más allá de lo político; es una herida en el alma de Chile. Los días oscuros que vivimos han estado marcados por la justificación del golpe, la relativización del horror y la búsqueda de excusas. Pero sin memoria, no hay identidad, y sin reconocer los dolores y traumas sufridos, no habrá reconciliación. Que aún exista pinochetismo en Chile se debe, en gran medida, a la impunidad del asesino. Las dictaduras genocidas y el despojo han provocado miseria, sin recibir una condena. En la dictadura está el origen del despojo y saqueo del agua, cobre y el quiebre de un país. El agua era un bien de uso y dominio público, pero la Constitución de la dictadura la mercantilizó. El agua pasó a ser propiedad de unas pocas élites, dejando a su paso el saqueo y la impunidad. No basta con recordar; debemos actuar para lograr justicia y reparación. Unirnos contra el racismo, fascismo, neoextractivismo. Hace 50 años fue el cobre ahora vienen por el litio, queriendo implementar plantas de hidrógeno verde destruyendo comunidades y territorios. Unámonos con justicia y conciencia ante la ultraderecha y sus privilegios qué cobran vidas y soberanía en todo el mundo
Somos cauce de resistencia que se niega a ser silenciado. Construir un futuro sin dictadura es posible con memoria viva y colectiva, la memoria para evitar que la historia se repita. Para que nunca más haya dictaduras en Chile y el mundo.
Las aguas tienen memoria y nosotros también. Somos Modatima